Evaluación diagnóstica sobre calambres



Las manifestaciones típicas son la aparición nocturna, el endurecimiento muscular visible y el dolor repentino e intenso. La descripción de los síntomas debe diferenciar los calambres en las piernas de otras condiciones comunes.

El síndrome de las piernas inquietas se caracteriza por una necesidad irresistible de mover o sacudir las piernas, sin dolor o tensión muscular. A pesar de estas notables diferencias, los estudios han hallado dificultad para distinguir el síndrome de las piernas inquietas de los calambres en las piernas.

La claudicación es un síntoma muscular doloroso inducido por el ejercicio, a veces similar al calambre, que se alivia con el descanso.

Las mioclonías hípnicas son sacudidas repentinas que se producen a menudo al comienzo del sueño. El trastorno del movimiento periódico de las extremidades es una dorsiflexión lenta, indolora, repetitiva y rítmica de los dedos de los pies, las rodillas y las caderas durante el sueño. Los movimientos duran segundos y se repiten a intervalos de segundos a minutos.

La neuropatía periférica se describe principalmente como entumecimiento, hormigueo y “descarga eléctrica", con posibles calambres secundarios.

Las mialgias y la miositis, que a veces ocurren por el tratamiento con estatinas, pueden manifestarse en cualquier grupo muscular y provocar dolor intenso, debilidad y poca tolerancia al ejercicio.

El ejercicio se asocia a calambres musculares durante o inmediatamente después de su ejecución. La fatiga muscular localizada también provoca calambres y puede aparecer en una persona sedentaria que realiza un esfuerzo o un ejercicio. Por el contrario, los pacientes con buen estado físico pueden experimentar calambres en las piernas cuando cambian la intensidad de su rutina de ejercicios.

La historia debe incluir una revisión de los medicamentos y de las condiciones médicas existentes. Aunque es importante identificar y analizar las condiciones médicas asociadas, no hay datos que indiquen que el tratamiento de esas condiciones mejore los calambres en las piernas.

Examen físico

En el examen físico rara vez se pueden observar los calambres en las piernas, ya que son involuntarios, impredecibles y por lo general nocturnos. El resultado del examen puede indicar una causa médica subyacente como la enfermedad vascular periférica.

El examen adecuado incluye la inspección de las piernas y de los pies, la palpación de los pulsos, y la evaluación de la sensibilidad táctil y dolorosa, y las características de los reflejos tendinosos profundos. Se debe registrar la presión arterial para evaluar los factores de riesgo cardiacos y vasculares.

La enfermedad neurológica también puede manifestarse como temblores, trastornos de la marcha, o asimetrías.

Laboratorio

Los análisis de sangre de rutina no son útiles porque no se ha demostrado que los calambres en las piernas  se asocien con alteraciones electrolíticas, anemia, alteraciones de la glucemia o de la función tiroidea o, nefropatía.

Algunos análisis específicos, pueden estar indicados en pacientes seleccionados para identificar condiciones médicas subyacentes, como las enzimas hepáticas en la cirrosis, la colesterolemia en las enfermedades cardiovasculares y la vitamina B12 en las neuropatías relacionadas.

Del mismo modo, no son necesarios otros estudios diagnósticos, como los estudios de la conducción nerviosa, la ecografía y la angiografía, a menos que se indiquen para confirmar condiciones médicas específicas.

Tratamiento

En la actualidad, no hay un tratamiento seguro y eficaz para los calambres en las piernas.

El estiramiento pasivo y el masaje profundo del tejido son inofensivos; son maniobras controladas por el paciente, que se sugieren como una prueba terapéutica a pesar de la escasez de pruebas que hay sobre su efectividad.

Un estudio aleatorizado de pacientes que interrumpieron la quinina no mostró ningún efecto del estiramiento; sin embargo, durante mucho tiempo, para prevenir los calambres en las piernas se ha recomendado el estiramiento del gemelo.

También se cree que el estiramiento forzado inhibe y alivia el calambre agudo mientras que la dorsiflexión del pie puede ser útil. La evidencia sugiere que el ejercicio liviano, como unos pocos minutos de bicicleta fija o cinta caminadora antes de acostarse pueden aliviar los calambres nocturnos en las piernas.

Si la causa es la fatiga muscular, algunos pacientes podrían beneficiarse con el ejercicio graduado y/o la fisioterapia.

Se ha demostrado que la quinina tiene cierta eficacia para los calambres nocturnos en las piernas, pero ya no se usa más. En 2010, la Food and Drug Administration de EE.UU. publicó una advertencia sobre las múltiples interacciones farmacológicas de la quinina, y afirmó que los efectos adversos graves potencial son superiores al escaso beneficio que brinda.

Una pequeña proporción de pacientes que toma quinina presenta reacciones de hipersensibilidad fatal y trombocitopenia, pero este efecto puede ocurrir en forma impredecible después de una sola dosis. Con niveles tóxicos de quinina pueden producirse arritmias cardíacas, cinconismo (causando dolor de cabeza, tinnitus y mareos), y síndrome urémico hemolítico.

Estudios pequeños han mostrado cierto beneficio de otros medicamentos. Debido a la baja calidad de las pruebas, no se puede recomendar ningún medicamento para el tratamiento de rutina de los calambres en las piernas, pero en algunos pacientes se puede considerar la prescripción de carisoprodol, diltiazem, gabapentina, orfenadrina, verapamilo y complejo de vitamina B12.

El magnesio ha mostrado un beneficio mixto en mujeres adultas no embarazadas como así ciertos resultados positivos en el embarazo.

Las multivitaminas y la suplementación de sodio también han mostrado beneficios en las mujeres embarazadas, aunque hay que tener en cuenta el riesgo potencial derivado del aporte de sodio. Una evidencia limitada apoya el uso rutinario de antiinflamatorios no esteroides, potasio o calcio.

No hay ninguna investigación sobre cómo tratar las enfermedades subyacentes acompañadas por calambres en las piernas. Sin embargo, la aparición de calambres en las piernas es una oportunidad importante para que los médicos de familia hagan el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades como la insuficiencia venosa, la enfermedad vascular periférica y la neuropatía periférica.

El diagnóstico diferencial entre los calambres en las piernas y el síndrome de piernas inquietas puede ser muy problemático. Un enfoque razonable para un paciente con síntomas mixtos puede ser el uso de fármacos dopaminérgicos.

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